
EL VIRREY - CONVENTO DE LOS FRANCISCANOS
"ERA TANTO EL AMOR QUE LA MARICHUELA SENTÍA POR EL VIRREY QUE SE SALIÓ DEL CONVENTO, PERO AL DARSE CUENTA DEL DESTINO DEL VIRREY, PREFIRIÓ IRSE DESTERRADA"
En el siglo XVIII, en Santa Fé, se hizo célebre el Virrey Irse Solís Folch de Cardona. Fue elegido por el rey Fernando VI, después de haber ocupado el puesto de mariscal de campo de los reales ejércitos. De muy buen abolengo, generoso y caritativo.
Se recibió en Santa Fé el 16 de diciembre con solo 37 años. Todas las elegantes damas lo festejaron con muchas fiestas, pues a las mujeres (damas se les decía), de grandes y aristocráticos apellidos, “se les caían las babas, al verlo tan joven y esbelto”.
Este hombre fue, a Dios gracias, un magnífico gobernante, se interesó por el progreso de la capital, fundó la casa de moneda, organizó la Hacienda Pública de Virreinato y se propuso ayudar a la gente más necesitada.
Comenzaron las malas lenguas a hablar de la vida licenciosa que llevaba el virrey y de las damas se tuvo conocimiento de una que se llamaba Marichuela. Su nombre era María Lugarda Ospina. Esta mujer acudió a retiros espirituales y después ingresó al monasterio de Santa Clara, hoy convertido en museo.
Una noche, al virrey se le acercó un galán que en ese momento pasaba con un entierro. Al ver esto pregunto; “¿Y quién es el muerto?”. “Es el virrey”, le contestaron. El hizo destapar el ataúd, levantaron el velo y en realidad era el virrey (Solís); perdió el conocimiento, al despertar el “convertido” virrey pidió que lo recibieran, como un efecto así se hizo, en el convento de los Franciscanos.
Le dieron el nombre de Fray José de Jesús María en 1762, día de San José; casi una década después recibió las órdenes sagradas en Santa Marta y dió su primera misa en Bogotá en 1769.
Era tanto el amor que Marichuela sentía por el virrey que se salió del convento, pero al darse cuenta del destino del virrey, prefirió irse desterrada a Usme donde estuvo por mucho tiempo. Fray José murió el 27 de abril de 1770 y la Marichuela el 27 de julio de 1779. Desde entonces llamaron “Marichuela” a las mujeres bellas de la vida licenciosa.