En 1539 con doce chozas y una capilla, un pequeño asentamiento con el paso del tiempo daría pie a la capital de Colombia, la ciudad de Santa Fé de Bogotá. Esta enorme ciudad, sería un sitio lleno de historias, mitos y leyendas, pero la mayoría de estas anécdotas tienen lugar en la más pequeña de sus localidades, pero al mismo tiempo la más importante por su historia: La Candelaria.

Este particular lugar enmarcado por fantasmas que deambulan por las calles y acontecimientos tanto históricos como culturales, marcaron el futuro de todo un país. Sus calles son el recuerdo tangible de un pasado que se resiste a ser olvidado, es la memoria de un pueblo que vuelve a la vida cada vez que uno de sus personajes de cabello cano y corazón noble se toma el tiempo para contarle a los jóvenes que en el Hotel Caboy, fue el último lugar en el que se hospedó Bolívar antes de ir Santa Marta, o que las piedras que estamos pisando son las mismas en las que un día Galán estimulaba a las masas.

El Barrio de La Candelaria, está conformado por construcciones de tipo Colonial y Republicano que conservan su estructura original. Concentra la mayor actividad cultural, con cerca de 500 instituciones o grupos artísticos, museos y centros de investigación o formación, que se convierten en sus principales atractivos.