top of page

 

EL PADRE RICARDO

CALLE UNIVERSIDAD DE LA SALLE

 

                                                                                  

 

El Padre Ricardo era un jesuita, como la mayoría de ellos inteligente, burgués y polémico. Vino de España a estas tierras a proclamar la fe en Cristo, pero por su perfil daba muy poca credibilidad a los creyentes. Cuentan los historiadores que en La Candelaria, en la época de la Colonia, vivía una mujer llamada María Larpí, amiga y amante de medio barrio y, aunque ella no daba crédito a las habladurías todos los habitantes sabían de su vida licenciosa.

 

Ricardo era un sacerdote alto, fuerte, blanco, con una frente pronunciada de cabello negro, ojos grandes y redondos: era un hombre “guapo” antes de ser cura; y por eso ya había tenido varios problemas con mujeres en otras tierras donde él había vivido; pero muy convencido de su fe y amor a Dios, no se dejaba tentar. María Larpí que en su haber tenía el mal ingrato orgullo de ser la amante de medio barrio, se propuso conquistar al padre; primero se puso de lado de él y con su falsa bondad y generosidad trato de seducirlo pero el padre no claudicó en su fe. Luego al ver que no podía corromperlo, le propuso que la ordenara monja,  hecho al que Ricardo no dió crédito y la envió a donde las hermanas Clarisas, de donde se salió con la mente turbada y su corazón herido, pues Ricardo era el púnico hombre que se negaba a su tentación.

 

María Larpí, llena de rencor, odio, frustración y una mezcla rara de amor y terquedad, se propuso acabar con el padre. Ricardo, considerado por la gente común como jesuita burgués, no recogía ni una sola oveja para el rebaño del Señor; eso fue aprovechado por María Larpí y puso al pueblo en su contra en poco tiempo. Del Vaticano le llegó la orden que construyera una iglesia en Santa Fé; y María, como tenía influencia negativa sobre medio pueblo, presionó a tal punto que nadie le colaboró a Ricardo ni con materiales ni con mano de obra para construir su iglesia. Él como pudo en el transcurso de largos años, edificó su templo; durante ese tiempo daba sus tres misas diarias y nadie, absolutamente nadie iba a acompañarlo; él en su ministerio y convencido que con la ayuda de Dios la terminaría, la inauguró el 27 de noviembre de 1606.

 

María Larpí, llena de odio, escribió al Vaticano y de una forma perversa y mal intencionada dio un informe que no estaba acorde a la realidad. Del Vaticano lo mandaron a llamar el 11 de marzo de 1608; recogió lo que era suyo y se fue para Honda a coger el barco que lo llevaría de regreso a Europa. María Larpí le tenía una emboscada y le dio muerte el 15 de mayo de 1608 y segura de que el padre no regresaría, desbarató la iglesia y repartió todos los bienes. Los muebles a las Clarisas, los cuadros a los Robledo, él piso del altar que él había traído de Honda sólo con cuatro mulas se lo dio a Filemón, el panadero del barrio y así para ella eso no tenía valor; pero con toda la fuerza de su corazón deseaba destruir lo que no pudo un día poseer.

 

El tiempo pasó y el fantasma amoroso del padre Ricardo empezó a aparecer en cada una de las casas donde hubiera objetos de su iglesia, y caso curioso cuando la gente veía el fantasma de Ricardo, en lugar de sentir miedo sentía un recogimiento profundo y el amor de Dios en ellos. Tarde para la gente, pues Ricardo ya no estaba entre ellos y habían dejado pasar esa bella oportunidad.

 

A los oídos de María llegó la leyenda del fantasma de Ricardo, y presa de odio y locura empezó a recoger hasta la última astilla del templo para poder ver un solo instante o al menos escuchar un solo acento de su voz. En casa de Larpí sus descendientes aún conservan, subiendo por una estrecha y húmeda escalera, los pocos palos que algún día fueron el templo de Ricardo.

 

María Larpí fue la única persona que no sintió el fantasma de Ricardo y presa de su demencia murió el 29 de junio de 1657 y allí nació el fantasma de María en las Calles que rodean a la Universidad de la Salle. Actualmente, los vecinos comentan que de cuando en cuando ven a una mujer, o mejor al fantasma de una mujer, desfogando todo su odio y rencor por la humanidad. 

© 2015 por SeisPies Producciones. Creado con Wix.com

  • Facebook Clean
  • YouTube Clean
  • White Instagram Icon
  • White Twitter Icon
bottom of page