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EL GORDO

CALLE 11, BARRIO EGIPTO

 

En los años setenta Marieta era muy amiga de Don Afanador, quien vivía en la calle 11 del barrio Egipto, era amigo del juego del azar y la lotería. Un buen día se ganó el gordo de la Cruz Roja y de la emoción le contó a todo el barrio Egipto. Unos se alegraron y otros se llenaron de envidia y de la mala. Cuenta Marieta que Afanador, de la felicidad, se fue a tomar unas “polas” y cuando salió del bar por la noche lo estaban esperando en la esquina tres hombres de mal vivir; lo amenazaron con un revólver y del susto le dio un ataque de catalepsia y cayó instantáneamente al piso. Los ladrones creyéndolo muerto lo revisaron pero no encontraron nada.          

 

Marieta cuenta que no sabe cómo se enteró de la muerte de Afanador, pues además de todos los vicios que tenía, el hombre era muy tacaño, al fin y al cabo digno hijo de Zapatoca, (municipio del departamento de Santander). Lo siento dice Marieta, fue que esa noche en casa de Afanador, hubo muy pocas lágrimas, risas también, pero tal vez mucho alivio. Todos los deudores pensaban repartirse el gordo en partes iguales. Al día siguiente fue el velorio de Afanador en un ataúd de segunda, de madera caoba y pintado de color miel. Marieta pensó: tanto dinero haberse ganado ayer para que hoy no tenga ni un ataúd decente. El velorio solo tuvo un rosario a la virgen por el alma de Afanador, por cierto rezado de muy mala gana. En la sala de velación si había mucha gente, pero no para llorar al muerto sino para ver si les tocaba un “sequito”.

 

Marieta únicamente lloraba a su amigo, no le importaba el dinero. Se acercó al ataúd y vió que el vidrio estaba lleno de pequeñas gotas y empapado de vapor; pensó: hay tanta gente que el calor pareciera calentar el cuerpo. Se llevaron a Don Afanador al cementerio central y lo enterraron vivo. Marieta algo inquieta le comentó a un hermano y tomaron la decisión de ir a desenterrarlo. Cuando lo sacaron encontraron el cuerpo boca abajo y morado. El médico dijo que el Señor había muerto por asfixia al tercer día de haberse ganado la lotería. Moraleja según Marieta “el hecho de vivir es ganarse la lotería día a día; aunque haya días en los que nos falten unos pesos”

© 2015 por SeisPies Producciones. Creado con Wix.com

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